Admitió haber llorado a menudo, "incluso anoche", ese hombre de una pieza que es Giorgio Armani.
Ochenta años y un mito vivo en la historia de la moda italiana.
Armani confesó que extraña profundamente a su hermano que ya no está y a su pareja que murió hace treinta años "que si me viera ahora se enloquecería de alegría por mí", dijo. Y cuando se le pregunta si le gustaría tener hijos, el diseñador responde: "Mucho", luego se detiene y las lágrimas comienzan a caer de sus ojos.
Un Armani 'humano', el que responde a Michael Hainey, y la entrevista en un momento se convierte en una conmovedora confesión. Nunca le faltó determinación: “Tenía una ambición ardiente: realizar mi potencial -admite-, sentía que podía haber sido más que un estilista: un director, de gusto y estilo de vida. Muchas veces he tenido que sacrificar relaciones por un compromiso total en mi trabajo, y al final no me arrepiento, hice lo que quería ”.
Pero en cuanto se toca el tema de Sergio Galeotti, el compañero fundamental de una década, el diseñador desvela: “¿Crees que volveré a ver a Sergio en otra vida? No puedo ... tengo que ser pragmático. Cuando viajo, me llevo una foto.
Algo de nosotros permanece. Su espíritu todavía está ahí. Estoy seguro, lo hay: lo veo en todas partes, y estoy seguro de que él me ve a mí. Y espero que sepa todo lo que he hecho. Sin embargo, en qué forma existe, no puedo saberlo ”.
